lunes, 24 de septiembre de 2007

sábado

Acorralo mis labios vacíos de nombres
intentando escuchar de alguien un llamado apresurado
que me obligue a sentir vivo
atropello el último aliento existente
ahogándome en torbellinos noche
desenfundando versos que me desesperan
acentuando el descontrol de mi caída

Por cada filo acariciado
en cada hora sin compartir
ajusto un instante gélido más de este día
a la esperanza espera
de saberme existente

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